valor…!

Llega sin avisar, así nada más, no le da tiempo a nadie de pensar, no te habla, no te mira, solo se presenta ante ti... Pero yo no le temo; no le temo al frío de sus manos, a su mirada de penitencia, jamás sentiré un nudo en la garganta cuando vea que se aproxima, porque yo, yo no le temo a la muerte, por que jamás la he de sentir; más que amargura y terror tengo cuando deba ver morir a aquellos que me hacen vivir.